Agentes desaparecidos

ruelisabet

3/3/20223 min leer

Artistas que siguen vivos, y sin embargo no se dejan ver. El mundo musical necesita que estas voces escondidas continúen haciendo música, muchos de ellos actualmente están como productores, pero no han vuelto a sacar un disco. Ya decía Juan Andrés Ospina cuando promocionaba su proyecto con la big band: “Compren discooooooos”. La vida musical no siempre es fácil, y los factores para no continuar un proyecto pueden ser múltiples.
Tengo una ligera obsesión por estos agentes desaparecidos, ya que nunca sabré qué tanto cambio el mundo si hubieran continuado con sus proyectos, los cuales a nivel artístico me han marcado mucho. Es muy frustrante cuando de pronto ves esa enorme calidad y sabes que de alguna forma no volverán. Países y propuestas diferentes que en algún punto de mi corazón encontraron lugar. Aquí alguno de ellos:

Nick Poulios (EE. UU.). Nunca me olvido el día en que descubrí a este pianista, su forma de amalgamar la técnica del mundo clásico con los géneros contemporáneos en una perfecta simbiosis logrando que la barrera entre estos dos mundos desaparezca. Creo que nunca me había impresionado tanto un pianista de internet.

Gotye (Bélgica). Redescubrir a Wally ha sido toda una aventura. Él es más que “Somebody that I used to know.” Su forma de hacer música partiendo del sampleo, cuidando el sonido al mínimo detalle, de una forma tan orgánica y única, al igual que las animaciones y propuesta visual, aportando nuevos significados partiendo de un sonido ya existente es una visión muy interesante. Me ayudó mucho a entender un poco mejor el mundo de la electrónica aplicado a lo musical.

Javier Cornejo (Chile) y su disco “Nave y pasajero” me han acompañado estos últimos meses. Cuando quise buscar más información, sin exagerar, en internet no encontré NADAAA. Luego de varias búsquedas, di con algunos proyectos independientes pero muy perfil bajo. Tengo entendido que solo ha sacado un disco. Arreglos impecables fusionando música contemporánea con folclor chileno.

Maddie Jay and the PH collective (EEUU): El fenómeno Berklee también me llegó a mí. Esta banda sin duda tenía identidad y un buen sonido. Navegando entre géneros como el funk, blues, RnB y jazz, realmente me voló la cabeza. Gracias a esta banda conocí a la pianista Danae Greenfield, una de mis favoritas. Lo que mas me cautivaba era ver gente tan joven con una propuesta tan sólida. Su disco debut desapareció del internet, tuve que buscarlo meses hasta que lo encontré en bandcamp (dato para cuando no encuentras un disco, lo más probable es que esté ahí o en soundcloud), y finalmente un usuario de youtube subió el disco completo. El grupo se separó y a pesar de que sus miembros siguen en activo, esta unión de seres musicales en un sola propuesta, nunca más existirá.

Malin (Guatemala). Miguel Angel Villagrán. Nunca terminaré de agradecerle lo que hizo por la “música cristiana”. Sus primeros discos fueron un bálsamo para mi alma cansada de buscar calidad en un mundo donde reina la industria, sí, también en este género. Ahora Malin se dedica a producir a grandes artistas, aunque todavía albergo la esperanza de que pueda sacar un material pronto.

O deer (Irlanda). El cómo conocí a O deer es culpa de mi amigo David (aunque él no lo sabe), que me recomendó una película irlandesa llamada “Sing Street”. Así terminé googleando al actor principal y me di cuenta de que grababa covers random con su hermano. Más tarde me di con la sorpresa de que el hermano era músico y tenía una propuesta híbrida, entre arreglos corales de música irlandesa hasta folk de los 60´s. Resonó mucho con mi búsqueda de lo híbrido en esos años, y a la vez con el sentido universal de la música.

Oren Lavie (Israel). Su extraña forma de hablar sobre las relaciones amorosas y su visión lúgubre de la vida, bastante cruda y realista. Su poesía al momento de presentar su propuesta visual.