Aquella libreta verde

ruelisabet

11/23/20211 min leer

Hace un año llegó una pequeña libreta a mis manos. "Ideas", era el nombre de la portada. Justo era día del músico, así que mamá y Rebe me la regalaron con mucho entusiasmo. Sin pensarlo dos veces, decidí usarla como diario de práctica para anotar todo lo que iba avanzando con el piano.
Nunca hubiera imaginado todo lo que en los siguientes meses se plasmarían en aquellas hojas. Hoy que se cumple un año, recordaba con mucha emoción y gratitud, mi último año y la relación tan cercana que el Señor me permitió tener con la música. Empecé a transcribir canciones que pensaba eran imposibles, aprendí a escuchar de verdad (y no solo musicalmente), volví a recuperar la ilusión y a conectarme con la música de una forma diferente y lo más importante, aprendí a hablar a través del instrumento, que era algo que me parecía tan difícil. Por fin mis largos años de búsqueda daban con la respuesta, y todo ese proceso, muchas veces lleno de frustración y crisis, estaba registrado en ese cuadernito verde al que aún le quedan un par de hojas y espero me alcance para el último mes. Creo que hay cosas que necesitaba aprender en este tiempo, ni antes ni después, y me alegra tanto que haya sido así, en el momento justo. Me sigue sorprendiendo el actuar de Dios en medio de todo este proceso, ya que no solo me llevó a seguir conociendo de música, sino que usó todo esto para seguir puliéndome, enseñándome verdades, formando mi carácter, ayudándome a enfrentar la hoja en blanco, a tener paciencia y a conocer más de su creativo corazón. Es gratificante recordar el viaje y ver cómo Dios ha ido encaminando todo hacia su voluntad.

Gracias a Dios por la música.

Gracias mamá. Gracias Rebe. Sin duda una libreta es un regalo muy valioso, nunca sabes las sorpresas que terminarán registradas en sus hojas.