Tiempo Relativo


Al parecer todas mis ideas terminan floreciendo en clase de dirección musical. Algo curioso que siempre me ocurre es el hecho de cómo todo lo visto en clase, a nivel técnico musical, termina coincidiendo de formas muy locas con mis procesos personales. Recuerdo que, en una de las primeras clases, el maestro nos llevó a reflexionar acerca de un texto sobre la comprensión de la música en su dimensión más amplia y profunda. De las 18 afirmaciones que contenía el texto, hubo una que hizo ECO en mí:
“La música se vale del tiempo y la memoria”. Y a pesar de que era una afirmación que ya lo sabía, por alguna razón, la forma en la que se explicaba ese enunciado era algo nuevo para mí.
“… La vivencia musical consiste en crear un tiempo relativo al interior de un tiempo absoluto y, mediante ese artilugio, generar un mundo propio, con sus propias leyes … “
Hace unas semanas fui totalmente absorbida por este concepto del tiempo relativo, o al menos esa es mi teoría. Creo que por un instante perdí el discernimiento de los tiempos y empecé a mezclarlos, como si la realidad de una canción “X” se fundiera en una perfecta simbiosis con el tiempo absoluto.
A menudo pensaba que a los músicos ya no nos ocurrían esas cosas, pero por lo visto, el hecho de estar en esta carrera, no nos hace inmunes a los efectos colaterales que nos produce la música.
En fin, uno de los peligros de quedarte a vivir en una canción por mucho tiempo, llegando a aceptar sus leyes, sean estas buenas o no.
“… y mientras dure la música, estamos sujetos al tiempo relativo del cual nadie, ni siquiera el más objetivo, puede escapar”.